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domingo, 31 de octubre de 2010

Obama en campaña: o lo que no debe hacer un presidente

Los Protocolos de los Sabios Gatunos



El consenso de las encuestas sobre las elecciones estadounidenses del próximo martes es que pierden los demócratas. Como un defecto político es el vivir pendientes de las encuestas, como si fueran la Sibila de Delfos, la campaña demócrata se ha vuelto  agresiva hasta el punto de la chabacanería, y el pobre Obama anda echando el kilo “canvassing” por sus candidatos. Digo “pobre” porque es el único que no se da cuenta que su presencia afecta negativamente a los demócratas.

Se preguntarán por qué nos debe preocupar una elección menor en Gringolandia, pues porque todo lo que pasa arriba repercute abajo y nosotros estamos aquí pegados a la Antártica. Además esta campaña ha sido un muestrario  de cómo se manejan las políticas yanquis en momentos de crisis. Y nada mas en crisis que la popularidad del Presidente que repta por los suelos.

Conscientes de esos, muchos  candidatos demócratas buscan desembarcarse del Yate Obama alejándose de sus ideologías. En West Virginia, el Gobernador Joe Manchin, un Demócrata moderado  que se opone al matrimonio gay y al aborto, se ha negado a apoyar la candidatura de Harry Ried, el líder de la mayoría demócrata,  e incluso anunció que no apoyaría a Obama en una reelección. De poco le sirve porque las encuestan ya dan como ganador en su estado al Republicano John Raese.

Manchin no es el único candidato que no quiere que lo asocien con la corte Obamaniana. Más encima, Obama, famoso por su prepotencia y falta de tino, solo hace campaña por candidatos selectos, a los otros que se los coman las vinchucas En Rhode Island, el candidato Demócrata Frank Caprio descubrió que la visita de Obama a su isla-estado no incluía ayudarlo en su campaña. Ya en RI, Obama anuncio que no se iba a meter en lo asuntos electorales del estado porque el candidato opositor de Caprio, Lincoln Chafee, es amigo personal del presidente. ¡Pero qué petulancia! ¿Por qué no se quedo callado y en su casa?  Caprio,  indignado, y con justa razón, le mandó a decir al engreído híbrido que se metiera su apoyo por donde le cupiera mejor.

Aparte de dejar mal a su partido, Obama ha usado esta campaña como pretexto para su autobombo, echando mano de cuanto programa televisivo o radial soporte su presencia. Cuando no va él, manda a su señora que lo represente.  Se ha convertido en un espectáculo común el encontrárselo en todos los canales, hasta en los latinos donde ha ido a recuperar el voto hispano.

En un programa radial esa semana azuzó a su audiencia latina  a “castigar a sus enemigos”. Esta frase digna de  talibán ha incomodado incluso a lo demócratas. Feo decir que todos los republicanos son el enemigo común de los latinos. ¿Entonces cómo explica que entre los candidatos republicanos se encuentren Susana Martínez, Brian Sandoval, Raúl labrador, Abel Maldonado y Marco Rubio, que ya se perfila como ganador en la Florida?

Es condescendiente señalarle a ningún grupo étnico quienes son sus enemigos. Ese tipo de comentarios están bien en un líder revolucionario, pero no en un presidente que busca unir a su pueblo. Obama que tanto prometió que su gobierno sería para todos, ahora insiste en dividir. Aparte que se le podría considerar culpable de estereotipar puesto que ya en el imaginario gringo, desde los días de Pancho Villa, que los latinoamericanos están caracterizados como salvajes primitivos que todo lo arreglan a machetazo.

El último gafe del hawaiano fue presentarse en The Daily Show. Este programa de  de corte satírico, es  dirigido por John Stewart, uno delos miembros del triunvirato (los otros son Bill Maher y Stephen Colbert) de comediantes convertidos en opinólogos políticos. De los tres, Stewart es el más pasable, porque a pesar de militar en el ala izquierda del Partido Demócrata, es sagaz y no le tiene miedo ala verdad.


En el programa, Obama fue un triste espectáculo, ya parecía un fantasma de lo que fue., Además de verse muy demacrado, estuvo  apagado, torpe de palabra  y carente de argumentos. Stewart lo acribilló a preguntas que Obama respondía con evasivas y con frases vagas sobre los muchos logros de su gobierno que el pueblo todavía ignoraba. Su anfitrión exasperado le preguntó si acaso pensaba dar una fiesta sorpresa donde anunciaría todos esos misteriosos logros.

A pesar de todas sus estrategias, a Obama le ha ido en feria y solo medios muy partisanos aplauden su participación en esta campaña. Ha llegado a tal punto que el ungido se vio obligado a pedirle a Bill Clinton que hiciera campaña en su lugar puesto que el ex presidente tiene mayor popularidad que el actual.  No es chiste, Obama ganó  contando con el apoyo de tres grupos étnicos que poco a poco se han ido descolgando de su caravana.

Hoy en día, Bill Clinton es más popular que el patrón de su señora, entre judíos, latinos y... ¡Entre los votantes negros! Si hasta su propia gente es consciente de que Obama solo vela por sus intereses.


Curiosamente, y a pesar de todos los escándalos, Clinton tiene un prestigio incólume, precisamente porque no divide. Ahora mismo veo un reclame de una campaña para ayudar a reconstruir Haití que Bill ha co-fundado con George Bush, nada menos. Eso es algo que Obama es incapaz de hacer, porque no sabe curar heridas, ni amigar a las personas, ni darles seguridad, ni sabe tender puentes. Solo lo hace con el Islam,  sin darse cuenta que lo que hace es bajar el puente levadizo para que los moros invadan su castillo.

Demócratas hacen un último esfuerzo para impedir un "baño de sangre"

NUEVA YORK, 31 Oct. (EUROPA PRESS) - El presidente estadounidense, Barack Obama, cierra filas ante lo que puede ser no sólo el mayor descalabro político desde que llegó a la Casa Blanca, sino el peor varapalo del partido Demócrata en 15 años, las elecciones legislativas del próximo martes que, de cumplirse los peores augurios, terminarán con una mayoría bicameral republicana, que no sólo tendrá capacidad para bloquear cualquier propuesta de ley que Obama pretenda sacar de ahora en adelante, sino que le obligará a hacer uso de su capacidad de veto presidencial para suprimir los intentos para deshacer sus dos principales triunfos: la reforma financiera y la reforma sanitaria.

   "Baño de sangre" o "pesadilla demócrata" son algunas de las coletillas que se están viendo en los medios estadounidenses, que anticipan una remodelación drástica del gabinete de comunicación presidencial, cuya labor en esta campaña ha sido simplemente desastrosa y que ha llevado al ex presidente Bill Clinton a ejercer de maestro de ceremonias improvisado, hasta el punto de sugerir al candidato demócrata al Senado por Florida, Kendrick Meek, a retirarse, sin conseguirlo.

LO QUE ESTÁ EN JUEGO

   Los demócratas están pendientes de 39 escaños, los que necesita el partido Republicano para hacerse con el control de la Cámara de Representantes. Las perspectivas no son buenas: según ABC News, al menos 45 escaños tienen verdaderas posibilidades de cambiar de bando (escaños "toss-up", como el lanzamiento al aire de una moneda) y, de ellos, en 43 se sienta un demócrata. "Los demócratas se creían que eran inmunes a lo que se le viene encima", asegura a ABC un ayudante republicano. "Ahora es cuando estamos viendo carreras abiertas, y los toss-up pintan pero que muy bien".

   En lo que se refiere al Senado, sólo un tercio de sus escaños saldrá a votación, 36 para un total de 100 --dos por estado--. Además, se elegirán 37 gobernadores estatales. En conjunto, las legislativas funcionarán como un ajustado termómetro de la temperatura política en Estados Unidos, en la que los demócratas esperan sacar el mejor resultado posible de "unos comicios muy difíciles" para los que sus candidatos "no han podido prepararse mejor", en palabras del presidente del Comité para la Camapaña Demócrata al Congreso, Chris Van Hollen.

   "Todo se va a reducir a la participación y la persuasión de los independientes", estimó Van Hollen en última instancia. "Muchos grupos prorepublicanos se han retirado, por lo que la lucha va a ser justa, y está en el aire", añadió.

   Existe cierto desencanto popular con la labor del Congreso. Una reciente encuesta de Gallup recogida por la web Político revela que un 37 por ciento de los estadounidenses cree que el Congreso ha rendido por debajo de sus posibilidades a lo largo de estos dos últimos años. Un 35 por ciento no ha notado diferencias respecto a otras legislaturas.

   Dependiendo de si el encuestado es demócrata o republicano, su percepción sobre la eficacia del Congreso varía, pero sí existen diferencias de proporción respecto a la postura más "lógica" : un 53 por ciento de los republicanos expresa su decepción con la labor de ambas cámaras, mientras que un 39 por ciento de los demócratas encuestados considera que su partido ha realizado una buena gestión de la mayoría de la que gozan.

EL "BAÑO DE SANGRE"

   El analista Stu Rothenberg, del 'The Rothenberg Political Report', estima el peor escenario posible para los demócratas, ésto es, el de la derrota total. "Tienen posibilidades reales de perder hasta 50 escaños, un baño de sangre histórico, con unas pérdidas que podrían incluso superar los 52 escaños cedidos a los republicanos en 1994", asegura el analista, que, con todo rechaza, "poner un techo" al número de asientos que podrían perder.

   Medio centenar de asientos sería más que suficiente para asegurar la pérdida de la mayoría demócrata en la Cámara Baja (los demócratas pasarían de 255 a 205 escaños, los republicanos subirían desde los 178 a los 228) y la designación del actual líder de la minoría, John Boehner, como nuevo presidente de la Cámara de Representantes y el representante Eric Cantor, por Virginia, como nuevo líder de la nueva mayoría republicana.  

   Como nota particular, estas serán las últimas legislativas en las que el Congreso mantendrá la proporción de escaños según la población censada en el año 2000. La nueva distribución según el nuevo recuento realizado en abril de este año podría conceder a Texas, feudo republicano, cuatro asientos más de los 32 que ya tiene.

   La "masacre" comenzaría en Florida (25 representantes), donde el 54% de la población se ha declarado en contra de su plan de reforma sanitaria. El republicano Marco Rubio parte como favorito al Senado y su compañero de partido Rick Scott ostenta una pequeña ventaja en la carrera a gobernador. La crisis y la reforma sanitaria asustan también a los votantes de Pensilvania (21 representantes), que parecen apostar por los republicanos Tom Corbett para la Gobernación, y por Pat Toomey para el Senado. Texas (32 representantes) es una causa perdida.

   Pero Ohio (18 representantes) podría terminar convirtiéndose en la derrota más amarga: un estado que Obama ganó por cuatro puntos de diferencia en las presidenciales está a punto de caer en manos de los candidatos republicanos, Rob Portman para el Senado, y John Kashich como gobernador, según una reciente encuesta de la Universidad Quinnipiac recogida por el 'Daily News', que concede a Obama un índice de aprobación de sólo el 40 por ciento.

CONTENCIÓN DE DAÑOS

   El ex presidente Bill Clinton --quien la semana pasada se declaraba, según amigos cercanos, consternado por la pésima gestión demócrata de las elecciones-- ha asumido extraoficialmente el timón de la carrera electoral. Su último esfuerzo ha consistido en conservar Florida, al pedir al candidato demócrata al Senado, Kendrick Meek, que se retirara de la carrera y respaldara al independiente Charlie Crisp para tener más posiblididades de victoria frente a Rubio.

   Meek se negó hasta en dos ocasiones, a sabiendas de que es el tercero en la carrera con sólo un 15 por ciento de aprobación. Clinton le dijo que "podía ser un héroe" y dar la victoria a Crisp (35%, siete puntos por detrás de Rubio), según destapó este jueves la web Politico. La apuesta no funcionó. La estrategia de Florida, para el analista de 'Time', Jay Newton-Small, es un ejemplo de "todas las maniobras de los demócratas en estas elecciones: han hecho demasiado poco, demasiado tarde".

martes, 26 de octubre de 2010

Polémico video muestra a candidata a Gobernadora de Florida haciendo trampa durante debate en CNN

Una nueva polémica estalló en las elecciones estadounidenses luego que un video mostrara a la candidata demócrata al gobierno estatal de Florida, Alex Sink, violando las reglas del debate de CNN al usar un teléfono móvil con información sobre los temas discutidos.

El hecho ocurrió la noche del lunes durante una pausa comercial, momento en que la maquilladora de Sink se acercó a ella con un teléfono móvil, donde le mostró un mensaje enviado por su asesor de campaña, Brian May.

“El abogado que ganó el caso Sykes dijo que Alex Sink no hizo nada malo. Dile que no le permita seguir hablando de ella al respecto”, resumía el SMS enviado al teléfono de la asistente, como especifica The Telegraph.


Video

Sin embargo su oponente, el republicano Rick Scott, se percató del hecho y se quejó ante el editor de política de CNN, Mark Preston, quien tras confirmar la violación a las normas confiscó el teléfono móvil, informa el St. Petersbursg Times.

Pero Scott fue aún más lejos, reiniciando su alocución denunciando al aire la actitud de la candidata demócrata. “Antes, Alex, tú dices que siempre sigues las reglas. La regla era que nadie iba a pasarnos información durante las pausas y tu campaña lo hizo con un iPad o un iPod…”, afirmó.

Tras estallar la polémica, este martes Sink reconoció la falta en un comunicado, sin embargo provocó aún más desconcierto ya que en vez de asumir su responsabilidad anunció que había despedido al asesor por “tratar de comunicarse con ella” y culpar a Scott de “haber hecho enojar” a sus partidarios con

“Tras el debate de anoche, uno de mis asesores de campaña admitió que intentó comunicarse conmigo durante una de las pausas. Aunque me dijo que estuvo motivado por la rabia que le causaba las continuas distorsiones de los hechos de Rick Scott, fue una torpeza de su parte. Violó un acuerdo del debate por lo que inmediatamente lo removí de su cargo”, establecía el texto.

En tanto Scott, quien ha sido continuamente recriminado por Sink debido a su responsabilidad en el fraude al seguro médico de EEUU con su antigua compañía, Columbia/HCA, ha aprovechado de desquitarse con la candidata demócrata.

“No sé cuán grande será este asunto para alguien, pero ella siempre me está atacando y ahora no sigue las reglas. Y esa era una norma bastante simple de seguir… pero reacciona como suele hacerlo en no aceptar la responsabilidad. Lo que aquí correspondía es que [Sink] dijera ‘Miren, cometí un error, me equivoqué. Pero no lo ha hecho”, sentenció el candidato republicano.

domingo, 24 de octubre de 2010

Rubio camino a una fácil victoria

Marco Rubio
Marco Rubio

Por BETH REINHARD y ADAM C. SMITH

Herald/Times


El republicano Marco Rubio está a punto de dar uno de los mayores knockouts políticos en la historia de la Florida: un nuevo sondeo de St. Petersburg Times/Miami Herald/Bay News 9 lo muestra avanzando a todo tren hacia el escaño vacante de la Florida en el Senado federal con una ventaja de 15 puntos porcentuales por encima del gobernador Charlie Crist.

La encuesta muestra que el 41 por ciento de los probables votantes apoya a Rubio, comparado con el 26 por ciento para el gobernador, que se presenta como independiente, y un 20 por ciento para el congresista demócrata Kendrick Meek. Es una posición extraordinaria para el ex presidente de la Cámara estatal, nativo de Miami, quien 18 meses atrás parecía no tener esperanza alguna de competir contra el aparentemente invencible gobernador de la Florida.

Una campaña entre dos rivales pudiera ser competitiva, pero Rubio está a la cabeza cómodamente en una campaña inusual de tres contendientes que se decidirá el 2 de noviembre.

"No parece haber muchas dudas en nuestra mente de que Rubio va a ganar estas elecciones'', afirmó Julia Clark, encuestadora de la encuesta Ipsos Public Affairs, que llevó a cabo la encuesta.

Los resultados subrayan el hecho de que todo lo que Rubio necesita es evitar cometer algún error de grave en la última semana de la campaña, que arranca el domingo con un enfrentamiento de los tres candidatos a las 9 a.m. en CNN, su quinto debate televisado.

La candidatura independiente sin precedentes de Crist exigió sutiles maniobras para armar una coalición capaz de ganar. Dos meses atrás todo parecía indicar que iba a salirse con la suya. En agosto, el gobernador estaba por delante de Rubio con uno de cada cuatro votos republicanos, por encima de Meek entre los demócratas y con una amplia ventaja entre los independientes.

Desde entonces, sin embargo, los votantes indecisos se han pasado a Rubio, mientras que Crist ha perdido terreno tanto entre los demócratas como entre los republicanos. Meek está ganando el 42 por ciento de los votantes demócratas, comparado con el 36 por ciento de Crist. El 70 por ciento de los republicanos apoya a Rubio y sólo el 17 por ciento a Crist. El gobernador está a la cabeza entre los votantes independientes con el 40 por ciento, comparado con el 21 por ciento de Rubio y el 5 por ciento de Meek.

"Rubio realmente ha consolidado a la mayoría de los republicanos detrás de sí. Cuenta ciertamente con el apoyo del Tea Party, pero su posición ha sido más bien la de un republicano de la corriente principal del partido, y esa ha sido una táctica exitosa'', afirmó el encuestador de Ipsos Chris Jackson.

La encuesta telefónica de 801 electores inscritos, entre ellos 577 que probablemente voten, se realizó del 15 al 19 de octubre para The St. Petersburg Times, The Miami Herald, y las estaciones de televisión Bay News 9 y Central Florida News 13. La encuesta fue realizada por Ipsos, una empresa de investigaciones independiente y no partidista de Washington. El margen de error entre los probables electores es de 4.1 puntos porcentuales y entre los electores inscritos de 3.5 puntos porcentuales.

La clave del éxito de Rubio en una elección en que los votantes se inclinan contra el establishment: ir a contracorriente de Washington. Aunque ha tenido un cargo electo durante buena parte de los últimos 12 años --entre ellos dos como presidente de la Cámara de la Florida-- el cubanoamericano de 39 años ha logrado proyectarse como alguien fuera de la estructura política.

"Un nuevo comienzo, una cara fresca, por esa razón me gusta'', declaró Concetta ‘‘Tina'' Parziale, de 72 años, maestra de prekínder retirada y ahora tasadora de seguros de Spring Hill, quien es republicana. "Los que hemos tenido hasta ahora nos han metido en este problema, creo que se enfrentará a la gente en Washington''.

Con Rubio, Meek y un grupo de grupos conservadores que se han dedicado a criticar constantemente a Crist, calificándolo de oportunista político, el mensaje ha funcionado. Crist abandonó el Partido Republicano para postularse como independiente, comentó Parziale, porque sabía que Rubio lo derrotaría en la primaria del 24 de agosto.

"Creo que es un niño malcriado'', subrayó. "Es demasiado político''.

John Mellon, funcionario universitario retirado, es demócrata, pero este vecino de Bradenton dijo que votará por Crist.

"Me hubiera gustado pensar que el candidato demócrata me iba a impresionar'', comentó sobre Meek. "Es un buen tipo, tiene alguna experiencia, pero no es alguien de quien piense positivamente con mucha fuerza''.

En una señal de que Crist pudiera haber tenido más suerte si se hubiese postulado a un segundo término como gobernador, más electores aprueban su gestión al frente de la Florida, 48 a 38 por ciento.

La encuesta muestra por qué el argumento central de la campaña de Rubio --que es el único candidato que se enfrentará a la agenda del presidente Barack Obama-- es un mensaje ganador. Sólo 43 por ciento de los electores aprueban la gestión de Obama, mientras que 51 por ciento la desaprueba.

Damaris Fernández, de 54 años y republicana inscrita de Broward, declaró que está harta de que el gobierno de Obama culpe de los problemas del país al gobierno de Bush.

"Obama lleva casi dos años en el cargo y todo lo que ha hecho es acumular deuda federal'', afirmó.

Fernández, republicana de toda la vida que sólo ha votado una vez por un demócrata --Clinton en 1996--, dijo que votará por Rubio porque "comparte mis principios de un gobierno menos abarcador''.

"Parece que todo lo que [Obama] hace es lo que el país no quiere que haga'', señaló Howard Licker, de 74 años, retirado de Palm Beach y antiguo republicano que ahora está inscrito como independiente.

"Durante el primer año de su presidencia sólo estaba interesado en el programa de servicios médicos. Eso era importante, pero los empleos lo eran más. La gente pensaba que no le interesaban los empleos''.

El 51 por ciento de los electores --incluso uno de cada cuatro demócratas-- piensa que la reforma de los servicios médicos aprobada por el Congreso debe ser derogada. Sólo uno de cada tres piensa que debe mantenerse.

Crist ha criticado fuertemente a Rubio, calificándolo de candidato del Tea Party, pero el 53 por ciento de los electores se identifican con el movimiento, que favorece menos impuestos y menos gastos. Esa cifra incluye 80 por ciento de los republicanos, 44 de los independientes y 28 de los demócratas.

Crist y Meek también han criticado a Rubio por sugerir que mantener el Seguro Social solvente pudiera requerir elevar la edad de elegibilidad de retiro en el futuro.

La encuesta indicó que 68 por ciento de los electores se oponen a aumentar la edad de retiro, entre ellos 73 por ciento demócratas y 63 republicanos. La oposición se redujo ligeramente cuando preguntaron a los encuestados si apoyarían el cambio para las personas que ahora tienen menos de 55 años: 64 por ciento se opusieron y 27 lo favorecieron.

Rubio sería el primer hispano de Miami en ser Senador federal por la Florida. La encuesta reveló que recibe un fuerte apoyo de los electores indecisos. Lo favorecen el 38 por ciento de los hispanos, en comparación con 22 por ciento a favor de Crist y 16 a favor de Meek.

Becky Bowers y Lee Logan, redactores de Times/Herald, contribuyeron a este reportaje. Adam C. Smith puede ser contactado en asmith@sptimes.com y Beth Reinhard puede ser contactada en breinhard@MiamiHerald.com.

El movimiento Tea Party se encamina a lograr una mayoría en el Congreso de los Estados Unidos


A 10 días de las elecciones de medio término que pueden marcar la pérdida de mayoría en el Parlamento para el presidente Barack Obama, el derechista movimiento Tea Party se perfila para ocupar, por primera vez, varios asientos en el Congreso de los Estados Unidos.

El Tea Party nació en oposición a las políticas de Obama, principalmente las referidas a la intervención del Estado y a las de reforma del sistema de Salud, y su figura emblemática es la ex candidata republicana a la vicepresidencia, Sarah Palin.

Con un perfil basado en el conservadurismo económico, cuenta con 139 candidatos que buscan ocupar un lugar en ambas cámaras parlamentarias el próximo 2 de noviembre.

Los que más posibilidades cuentan para ser electos “son 33 que están en distritos sólidamente republicanos, tendientes a ser republicanos o que están empatados” con los demócratas, mientras que en el Senado serían “4 o 5″, según afirma el analista Kate Zernike.

Entre éstos últimos, los nombres que más posibilidades tienen de llegar a la cámara alta son el candidato por Florida, Marco Rubio; Ron Paul, de Kentucky; Patrick Toomey, de Pensilvania; y John Miller, de Alaska.

Las causas que llevan a que hoy este movimiento cobre mayor protagonismo desde su creación, tras la asunción de Obama, se deben a un conjunto de razones que Zernike desarrolló en una rueda de prensa.

El “colapso de la economía”, las “elecciones de medio término”, y a que gobierna “un presidente demócrata que está proponiendo una agenda social ambiciosa, particularmente en salud”, fueron las principales razones esgrimidas por el especialista.

Asimismo, agregó, las razones radican en que en este momento “hay estructura de medios conservadores muy establecidos en radio pero también en televisón, particularmente el noticiero de FOX”, que de acuerdo a su óptica son “un gran factor en la difusión del mensaje del Tea Party”.

Con una población “desproporcionadamente masculina, de tez blanca y por debajo de los 45 años”, el Tea Party es seguido por el 18 por ciento de los estadounidenses, aunque los que asisten a las reuniones y donan dinero para su desarrollo alcanzan sólo al 4 por ciento, según una encuesta revelada por el Times.

La “energía y el entusiasmo” que transmite a la gente, “del mismo modo que lo hizo Obama en 2008″, son dos de los factores que actualmente definen al movimiento, mientras que por el otro lado aparece el “extremismo” que se ve reflejado en su conservadurismo, especialmente económico.

Sus figuras pueden surgir de seguidores o de candidatos que ya estaban en la política, pero que recibieron un fuerte apoyo del movimiento con el cual comparten su ideología.

Hoy, con mayor cantidad de mujeres involucradas y organizadas, su figura más destacada es, sin duda, la ex gobernadora de Alaska Sarah Palin.

Sin embargo, a pesar de contar con un gran número de participantes que acuden a sus reuniones y festejan sus intervenciones, Palin tiene en las encuestas una mayoría que “no cree que esté calificada para ser presidente”.

En cambio, los adherentes prefieren a políticos como el ex candidato a presidente republicano MittRomney o el gobernador de Indiana, Mitchell Daniels, a quienes ven como hombres de negocios o “héroes de la economía”.

Si bien, Zernike descartó la posibilidad de que el Tea Party logre convertirse en un tercer partido, en poco más de una semana podría lograr hacerse de la mitad de los asientos que según predicen las encuestas, los republicanos obtendrían en el Senado.

En medio del descontento de la ciudadanía por la gran crisis económica y en unas elecciones donde se proyecta que la cantidad de votantes sea menor a la esperada, la atracción que hoy genera el Tea Party como fenómeno político “no es de subestimar”.

Sarah Palin hace campaña en pro de republicanos en Florida



La ventaja para las elecciones intermedias está con el Partido Republicano, pero ahora no es el momento de que sus seguidores aflojen el paso, dijo el sábado la ex candidata a la vicepresidencia Sarah Palin a una multitud jubilosa en Florida.

``Ahora es el momento de ir a fondo'', enfatizó Palin cuando restan 10 días para las elecciones. Cientos de republicanos aplaudieron, gritaron u ondearon banderas estadounidenses en el salón de baile de un hotel de Orlando cercano a Walt Disney World. Algunos llevaban carteles en los que exigían ``!Listen to Me!'' (!Escúchame!) o pedían la destitución de la demócrata Nancy Pelosi, líder de la Cámara de Representantes.
El acto para recaudar fondos se asemejó por momentos a una feria de provincia.

Palin atacó al presidente Barack Obama, diciendo que debía disculparse con los 14,8 millones de personas desempleadas en Estados Unidos.

``Ya saben, el presidente nos está diciendo ahora que no estamos pensando claramente debido a todo el temor y frustración'', señaló Palin. ``¿Sabe señor presidente?, tiene razón en eso. Tenemos miedo, sabiendo que sus políticas económicas nos están llevando al precipicio''.

Acompañaron a Palin importantes recaudadores de fondos del partido, miembros del comité nacional republicano y activistas conservadores como Grover Norquist activista por la supresión de numerosos impuestos. La ex gobernadora de Alaska también estuvo acompañada del candidato al Senado, Marco Rubio, de origen cubano.

Encuestas muestran que Rubio tiene una ventaja considerable en la contienda contra el legislador demócrata Kendrick Meek y el gobernador de Florida Charlie Crist, quien está compitiendo como independiente después de renunciar al Partido Republicano cuando pareció que no ganaría las elecciones primarias.
Rubio dijo entre ovaciones que trabajaría para revocar la reforma al sistema de salud.

``En esta elección se trata de salir y votar'', subrayó Rubio. ``Esto es todo de lo que se trata en este momento'', añadió.

Michael Steele, presidente del comité Nacional Republicano, agradeció a los partidarios del movimiento conservador ``tea party'' por sus contribuciones al Partido Republicano.

sábado, 23 de octubre de 2010

EL INAPLAZABLE RESCATE DEL SUEÑO AMERICANO.

EL INAPLAZABLE RESCATE DEL SUEÑO AMERICANO.

Por Alfredo M. Cepero


El próximo 2 de noviembre tendrá lugar la jornada cívica de mayor importancia en los 234 años de vida del fenómeno socio-político-económico americano que nació en Filadelfia en el verano de 1776. El riesgo a la perdurabilidad del llamado “Sueño Americano” podría muy bien ser comparado al peligro conjurado por Abraham Lincoln a mediados del Siglo XIX. Su mano firme impidió la disolución de la Unión Americana durante la Guerra Civil que costó más de medio millón de muertos e incontables pérdidas materiales entre 1861 y 1865. 

Hoy como entonces la nación sufre una crisis económica de dimensiones astronómicas, la brecha que separa a las clases sociales crece hasta amenazar con convertirse en abismo y la desconfianza entre las razas alcanza niveles de confrontación. Y, para echar leña al fuego, los gobernantes que se aferran al poder y sienten el rechazo de una ciudadanía enardecida—siguiendo las pautas y la conducta del propio presidente—apelan a una deplorable retórica de calumnias, división y desinformación.

Y lo más irónico es que todo empezó como una corriente casi mística de igualdad y concordia que se manifestó en el apoyo mayoritario de blancos y negros para elegir al primer presidente negro en la historia de los Estados Unidos. La izquierda intelectual norteamericana se sintió redimida del “pecado” de la discriminación apoyando a Obama, la juventud manifestó su acendrado sentido de igualdad votando en forma desproporcionada por el joven carismático que decía representar una generación sin color y los ciudadanos negros lo apoyaron en forma masiva como el camino a la materialización de sus ignoradas reclamaciones de justicia racial.

Y, dicho sea de paso, a quienes dicen que la oposición a Obama tiene connotaciones “racistas” les contestamos que habría sido estadísticamente imposible para este hombre ser electo presidente solo con el voto de los electores negros. Si no nos creen, les sugerimos que visiten las estadísticas de las elecciones del 2008 en que votaron 131 millones de norteamericanos y solo poco mas de 16 millones fueron de la raza negra. 

Por otra parte, Obama el presidente se ha encargado de negar el mensaje y de destruir el atractivo de Obama el candidato. No es, por lo tanto, extraño que sus niveles de popularidad anden rondando el 40 por ciento y que en estos momentos tenga enemigos tanto a la derecha como a la izquierda y, por añadidura, se las haya arreglado para perder a la gran mayoría de un electorado independiente que es crucial para obtener la victoria en las elecciones norteamericanas. Estos han sido la columna vertebral de unos “Tea Parties” que le han quitado el sueño y la ecuanimidad a un presidente que, hasta hace unos meses, parecía de teflón y de hielo.

Para el ala izquierda del Partido Demócrata Obama ha violado su promesa de cerrar la cárcel en la Base Naval de Guantánamo, enviado refuerzos militares al escenario de guerra de Afganistán, incrementado los bombardeos contra los refugios de Al Qaeda en las zonas tribales de ese país, olvidado su compromiso de anular la política de “no preguntes no digas” a los homosexuales en las fuerzas armadas e ignorado los clamores de los hispanos en cuanto a promover en serio una amplia ley de reforma migratoria. De la derecha no hablemos porque nunca votó por él y ahora se apresta a presentarle “la madre de todas las batallas” en el 2010 y a darle la estocada final en el 2012.

No por negro sino por socialista, por arrogante y por mentiroso. Como dice mi amigo Charles Krauthammer, Obama interpretó mal el resultado de las elecciones del 2008. Se creyó que le habían dado un mandato para transformar drásticamente la sociedad norteamericana de un sistema de capitalismo democrático a un asfixiante sistema de socialismo al estilo europeo. 

Cuando le pidieron empleos y reducción de impuestos se dio a la tarea de imponer su agenda ideológica con leyes como el mal llamado “estímulo económico” a pesar del cual el desempleo anda cercano al 10 por ciento, el autoritario plan de salud universal y el punitivo “cap and trade”—protege y negocia—que ha congelado la capacidad de los negocios para contratar empleados en medio de esta brutal crisis económica. Y, para colmo de males, obligaron a los legisladores demócratas que controlaban el congreso a votar a favor de leyes que ni siquiera tuvieron tiempo de leer. Después de esto que nadie se burle de nuestras vilipendiadas “Repúblicas Bananeras”. 

En solo unos días millones de nosotros tendremos la oportunidad de poner fin a esta pesadilla. Para ello debemos votar por quienes estén dispuestos a dar la buena batalla de controlar gastos gubernamentales, reducir déficits presupuestarios, rebajar impuestos y promover políticas encaminadas a crear empleos. Con ello, reduciremos el control agobiante del estado sobre los ciudadanos y daremos rienda suelta a la imaginación y a la iniciativa de un pueblo que es, al mismo tiempo, la envidia y la admiración del mundo. No hay tiempo que perder si queremos rescatar el amenazado sueño americano.